El 4 de Octubre viajaba en mi limusina privada (Si, así les llamamos ahora a los peceros). El chofer venia escuchando una estación de radio que se llama LOS 40 PRINCIPALES, eran aproximadamente eso de las 7:00 – 8:00, y los locutores de dicha estación venían en su desmadre (Si, se notaba que eran un montón de chavos fresas de esos que se las pasan sacando sus frustraciones ante los medios diciendo PENDEJADA Y MEDIA. Yo se que la licencia de locutor les da la licencia de decir al aire cualquier pendejada que se les ocurra. pero, POR ZEUS! al menos si van a citar a terceros investiguen bien antes de decir sus pendejadas!. Los señores locutores estaban “hablando” de los colados (Si, esos weyes que se meten a las fiestas sin ser invitados) y a una tonta locutora de radio se le ocurre mencionar que “hasta existe una canción de Chava Flores que se llama los colados” ¿Los colados? me dije a mi mismo, como todos sabemos, la única canción de Don Salvador Flores (Q.E.P.D) que se refiere a estas entes gorronas se llama precisamente Los Gorrones y no los colados. Y no conforme con su primer chispazo de estupidez al malcitar a Don Chava, todavía se atreve a recitar parte de la canción, refiriéndose al amigo de la hermana de un señor que no fue a la fiesta como la prima de un vecino (Que según la tonta locutora tampoco fue a la fiesta).
Estimados Locutores de los 40 principales, no sean PENDEJOS! y al menos investiguen bien el tema que van a tratar en sus programas de radio, recuerden que no solamente los escuchan en su salón de clases… ahora están al aire y los escucha muchísima gente.
Los dejo por hoy por que ya va a empezar la hora de los consejos de Chepinita Peralta.
A mí los contenidos de los medios actuales como radio y TV, me hacen vomitar,salvo honrosas excepciones.
Y claroooo, por eso desde que desaparecieron Rock 101 y su dignísima sucesora RadioActivo, ya no escucho radio.Los espacios noticiosos A VECES los capta mi Walkman y con éso me conformo. Acuérdate que a los locutores los contratan por la voz y el arrastre en las masas de radioescuchas, no por su cultura o sabiduría; basta que escuches a Héctor Martínez Serrano dos veces en tu vida como para odiar profundamente todo lo que salga del radio...